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Providencia

RECONSTRUCCIÓN DE PROVIDENCIA:
UNA REALIDAD EN 2022


La reconstrucción de Providencia y Santa Catalina son ejemplo de la ejecución realizada por Findeter. El éxito de este proyecto se debe a que durante su desarrollo se superaron un sinnúmero de dificultades, enseñanzas que hacen que la Banca de Desarrollo sea un modelo para la reconstrucción de otros lugares afectados por desastres naturales.

Nadie pensó que la reconstrucción de una isla como Providencia fuera posible en tan solo dos años. Hoy, los hechos demuestran lo contrario.

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Providencia tiene una longitud de

17 km2.
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Findeter ha sido uno de los principales actores de la reconstrucción de las islas.

Sobre una longitud de 17 km2 y con terrenos de 500 metros sobre el nivel del mar en sus puntos más altos, además de terrenos rocosos. Con trabajo en ambas islas y superando todo tipo de obstáculos, Providencia y Santa Catalina abrieron sus puertas nuevamente a los turistas el 23 de junio de 2022, día en el que se celebra el anexo del departamento del Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina a Colombia.

Esta apertura fue la excusa perfecta para mostrar el esplendor de las nuevas viviendas, de colegios, centros deportivos, posadas e incluso del Puente de los Enamorados, completamente reconstruido.

El paso del huracán Iota, de categoría 5, en noviembre de 2020, dejó el 98% de la infraestructura de las islas destruida, no obstante, el Gobierno Nacional se comprometió desde el primer momento, ya que una vez evaluados los daños, el presidente de la República, Iván Duque, aseguró en medios que “mi mayor anhelo es tener una rápida presencia en Providencia y poner en marcha la reconstrucción”.

Así surgió el Plan 100, que trazó la hoja de ruta para iniciar la evaluación y las obras necesarias para la recuperación de las islas y la creación de un Plan de Acción Estratégico.

Para acelerar el proceso, el Gobierno Nacional emitió el Decreto 1472 del 18 de noviembre de 2020, en el que se declaró la existencia de una situación de desastre en el departamento Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina y sus cayos, por el término de 12 meses, prorrogables hasta por un periodo igual. Así mismo, dispuso a la entonces directora del Departamento para la Prosperidad Social (DPS), Susana Correa Borrero, como gerente para la Reconstrucción, quien es actualmente la ministra de Vivienda, Ciudad y Territorio.

Este decreto permitió al Gobierno contratar a Findeter como actor principal en la reconstrucción de viviendas, en la rehabilitación de la planta de tratamiento de agua potable (PTAP) de Agua Dulce, así como de los dragados de los embalses de Agua Dulce y el de Bowden; además fue la entidad responsable de la rehabilitación de escenarios deportivos; de la reconstrucción de los colegios Boyacá y Bomboná (cuya obra cuenta con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo - BID); la ampliación de la plataforma de parqueo de aviones y la construcción de la nueva terminal del aeropuerto, y la rehabilitación de escenarios culturales.

Estos contratos fueron firmados con el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio; el Ministerio del Deporte; el Ministerio de Educación Nacional, el Ministerio de Transporte y el Ministerio de Cultura, respectivamente.

Para la gerente de Providencia de Findeter, Mavic Hernández, se vivió una clara evolución en las obras. “Muchas cosas se aprendieron sobre el camino, ya que al trabajar en una isla hay situaciones imprevisibles que logramos sortear con innovación, por ejemplo, tuvimos un caso de naufragio y se perdió material que estábamos esperando; en ese momento hubo que adelantar en otros frentes mientras se volvía a enviar el material necesario a la isla”, explicó.

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VIVIENDAS NUEVAS

Una de las obras más complejas fue la construcción de viviendas, ya que fueron 1.845 proyectos independientes. La reconstrucción de casas se dividió en tres frentes, llevados a cabo de forma paralela: una primera etapa de techado, la reparación de viviendas que no hubieran sufrido daño estructural y la construcción de viviendas nuevas.

Cada una de estas líneas contó con diversos actores, que con el avance del proyecto asumieron nuevas tareas. Findeter hizo convenios con el Ministerio de Defensa y las Fuerzas Armadas de Colombia, quienes apoyaron la gestión para la reconstrucción de la isla desde diferentes áreas. El trabajo era tan amplio que abarcó desde la logística de transporte de materiales y de personal por parte de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) y la Armada Nacional, hasta el apoyo en construcción de techos, liderado por la Armada Nacional y la Policía Nacional, y la demolición de casas y alistamiento de lotes, tareas llevadas a cabo por el Ejército Nacional.

Para la reparación de viviendas, Findeter se basó en la experiencia obtenida con la ejecución del programa Casa Digna, Vivienda Digna, por esta razón convocó a empresas que ya habían realizado proyectos en zonas apartadas del país. El trabajo estuvo a cargo de cuatro empresas del continente: CDC, Conyca, Luis Rafael Castillo y Socicon, y tres locales: Mauricio Gallardo, VyV y SAI Import. Además de estas, Ingar, Inacon y Coseico, junto al consorcio conformado por Amarilo, Constructora Bolívar y Marval, se unieron para hacer parte de la construcción de vivienda nueva.

Por cada casa se realizó estudio de suelo, diseño de estructura y cimentación, debido a lo diverso del terreno, lo que tuvo una incidencia directa en la productividad del proceso constructivo, en la distribución de materiales, en el personal requerido y en otros aspectos técnicos.

Al verificar los lotes en donde se encontraban las casas destruidas, Findeter encontró que el 40% de los espacios correspondía a áreas irregulares o estaban ubicados en zonas de riesgo de la isla. Esto implicó la creación de una solución llamada Vivienda Ajustada al Lote (VAL), que permitió la construcción de una casa nueva ajustada al espacio disponible, siguiendo los diseños concertados en las mesas con la comunidad.

“Nos queda un trabajo de posentrega. Muchas casas tienen asentamientos después de habitadas, por ello salen los detalles que debemos arreglar, como grietas o goteras”, explicó Hernández.

Las islas de Providencia y Santa Catalina cuentan ahora con nuevas casas para vivir.

AGUA PARA LAS ISLAS

En el caso de las obras relacionadas con el sector de agua, Findeter fue designado por el Ministerio de Vivienda para realizar: los dragados de los embalses de Agua Dulce y el de Bowden, para mejorar su capacidad de almacenamiento del agua; además de obras complementarias para el acueducto de Providencia, que incluyen la construcción de dos tanques con capacidad de almacenamiento de 405 m3 de agua cada uno, la optimización de la planta de agua potable de Agua Dulce para que haga el tratamiento de 23 l/s en su capacidad máxima, y el plan maestro del acueducto que incluye perfeccionar su manejo mediante la sectorización de la red que recorre la isla.

Solo el plan maestro continuará durante el año siguiente, tanto los dragados, los tanques y la optimización de la planta fueron entregados con éxito.

DEPORTE PARA LOS ISLEÑOS

Fueron siete los escenarios deportivos rehabilitados, que beneficiaran a todos los habitantes de la isla. Se trata de canchas y multideportivos ubicados en los sectores de Casa Baja, Punta Rocosa, La Montaña, San Felipe, Santa Catalina y Suroeste (polideportivo del colegio Junín).

Este proyecto fue realizado gracias a un convenio entre el Ministerio del Deporte y Findeter, y contó como contratista con un consorcio compuesto por constructores locales y otras firmas del continente.

Los escenarios, además, incluyeron urbanismo alrededor, como andenes, jardines y parques infantiles.

EDUCACIÓN PARA NIÑOS Y NIÑAS

Los colegios Boyacá y Bomboná sufrieron desprendimiento del techo y de la fachada luego del paso del huracán Iota. La construcción de estas instituciones fue financiada con recursos del BID. Findeter fue la encargada de la asistencia técnica de las obras, por lo que las reparaciones se llevaron a cabo de la misma manera.

Los colegios benefician a 440 niños de la isla. El Boyacá cuenta con tres aulas, un aula informática, cocina, comedor, cancha de fútbol, baños, salón de profesores y rectoría. Por su parte, la institución Bomboná tiene cuatro aulas, un aula de informática, baños, cocina, comedor, salón de profesores, rectoría y un coliseo múltiple.

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Por cada casa se realizó estudio de suelo, diseño de estructura y cimentación.

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Algunos escenarios culturales de Providencia, afectados por el huracán Iota, fueron rehabilitados por Findeter.

NUEVO AEROPUERTO

El paso del huracán adelantó los planes que se tenían desde años atrás y que se habían discutido con la comunidad: renovar la terminal de pasajeros del aeropuerto y ampliar la plataforma de parqueo de aviones y su infraestructura conexa.

Findeter fue designada para llevar a cabo estas obras, por lo que realizó un convenio interadministrativo con la Aeronáutica Civil, que contempló los estudios y diseños para la construcción de la nueva terminal con un área de 1.266 m2 , una capacidad promedio de 50 pasajeros y una máxima de 144, es decir, de 50.000 a 90.000 viajeros al año.

Además de instalaciones más cómodas, modernas y seguras para los viajeros, la nueva terminal también cuenta con espacios para comercio, en los que artesanos y artistas pueden promocionar sus productos, lo que apalanca la economía de la isla.

Así mismo, este espacio puede ser usado como zona segura en caso de que ocurra otra amenaza de huracán o desastre natural, con una capacidad de hasta 300 personas.

Por su parte, la plataforma para el parqueo de aviones se amplió a un total de 3.888 m2, lo que permite albergar paralelamente hasta cinco posiciones de parqueo de aeronaves de pequeña envergadura, o una combinación de aeronaves de diferente tamaño, lo que garantiza la operación simultánea.

RENACE LA CULTURA

Algunos escenarios culturales de Providencia, afectados por el huracán Iota, fueron rehabilitados por Findeter: estos son la Escuela de Música, la Casa de la Cultura y el Museo de Providencia. Para su recuperación, el Ministerio de Cultura y la Banca de Desarrollo firmaron un convenio interadministrativo.

En el caso de la Escuela de Música, Findeter realizó el acompañamiento técnico para el mantenimiento a toda la infraestructura: interiores, baños, pisos, salones, ventanas y puertas. Este edificio fue usado como refugio durante el paso del huracán y, después de este, por las personas que perdieron su casa mientras se entregaban las nuevas viviendas.

Para la Casa de la Cultura, ubicada en el sector del muelle, en el centro, se trabajó en la cubierta, los muros, las divisiones internas, la instalación de enchapes y baños, es decir, en la rehabilitación de toda la estructura. En este lugar se llevan a cabo exposiciones de bailes, encuentros artísticos y de estudiantes.

En el Museo de Providencia se hizo una reconstrucción completa, que contempló demolición, cimentación, excavaciones y construcción. Este fue el escenario más afectado por la fuerza del Iota. De esta obra se conservan los diseños arquitectónicos raizales; sin embargo, su construcción se hizo en bloque, no en madera, para que sea capaz de resistir cualquier fenómeno climatológico.

Con estas obras, el Gobierno espera que las islas cuenten de nuevo con sus espacios culturales.