HISTORIAS DE PROVIDENCIA

Vine como voluntaria y me quedé

07 de Septiembre de 2022

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Cada vez que se presenta una emergencia o situación en la que la Cruz Roja puede brindar ayuda, abre una convocatoria nacional solicitando perfiles específicos; a esta se pueden presentar los voluntarios que tiene la institución en Colombia (alrededor de un millón de personas entre Damas Grises, Juveniles y Socorristas).

Ella se presentó a la convocatoria pensando en un “descanso” de su trabajo, ya que se desempeñaba como coordinadora de proyectos y administradora en una empresa de Norte de Santander.

Heidy aplicó, fue seleccionada, y aunque su jefe y familia se preocuparon, ya que ella es madre soltera y debía permanecer durante un mes en Providencia, ella organizó todo para que su hijo, Johan Felipe, se quedara con su papá durante ese tiempo.

Heidy Hernández Ramírez vive con su hijo y perro en Providencia
Heidy Hernández Ramírez vive con su hijo y perro en Providencia

“Me advirtieron que las condiciones en Providencia iban a ser difíciles, que había escasez de comida, que iba a tener que dormir en carpa, que había poca agua, ración de campaña, pero desde ese momento estaba decidida. Me fui un mes, nunca me había separado de mi hijo por tanto tiempo. Cuando llegué, en enero de 2021, aún no había señal de teléfono, casi entro en crisis, pero había tanto que hacer que no hubo tiempo que perder”, cuenta, rememorando que en aquellos días las jornadas eran extenuantes, pues lo que más hacía falta eran manos.

En casos de emergencia, la Cruz Roja siempre llega con varios equipos de apoyo humanitario; cuando Heidy arrivó a Providencia ya estaban los de salud, con los médicos; los de apoyo psicosocial; los de agua y saneamiento básico, para ayudar con la planta potabilizadora de agua; y solo faltaba el equipo de apoyo logístico, por lo que entró a ser parte de esta área.

"Cuando llegué estaban corroborando la Evaluación de Daños y Análisis de Necesidades (EDAN) y la recepción y entrega de materiales a la comunidad para la colocación de las cubiertas, con el apoyo de las Fuerzas Armadas de Colombia, del SENA y la Alcaldía. Entregar estos materiales implicaba una organización logística bastante fuerte a pesar de que contábamos con la orientación del personal de la UNGRD, que nos explicó lo que se necesitaba para construir y cómo se seleccionaba el material, con base en ello, iniciamos el proceso.

Paralelo a la organización física de las entregas, también se realizó la parte documental, el registro de descarga en muelle y aeropuerto, la elaboración de proyecciones y organización de la información”, cuenta.

Todas las tardes, con sus compañeras de la Cruz Roja llevaban a cabo una sesión en la que hablaban de su día para recargarse de nueva energía. “Es importante mantener la salud mental en todos los procesos, porque cuando uno no la cuida se desborda y pierde el control de la situación, por lo que no puedes mantener una objetividad en el desarrollo de las cosas y, mucho menos, trabajar alineado con personas que tienen afectaciones posdesastre y traumas”, indica Heidy.

Su labor logística duró un mes, cuando ya estaba por volver a Cúcuta recibió una propuesta laboral de la UNGRD. Unos meses después, cuando se encontraba coordinando un proyecto en el Catatumbo, y luego de surtir los trámites, aceptó vivir y trabajar en Providencia junto a su hijo y su perro.

Lo invitamos a conocer esta y más historias de vida en "Historias que mueven".