HISTORIAS DE PROVIDENCIA

Pa’ lante

02 de Agosto de 2022

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Ya pasó el huracán, vamos pa’ lante”, esa fue la frase con la que Adolf Henry se levantó la mañana del 16 de noviembre de 2020, luego de la “oscura noche”, como la describe él, en la que pasó el huracán Iota por el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

 

Para Adolf, quien asegura que no tenía nada y lo tenía todo, el mundo se le derrumbó cuando vio que de su casa únicamente quedaban escombros, pero al verse con vida, junto a su esposa y sus hijos, solo pudo agradecer a Dios por darle una nueva oportunidad y decidió dar lo mejor de sí para salir adelante y fortalecido de la tragedia que azotó a la isla.

 

 

Adolf junto a su esposa
Adolf junto a su esposa

 

Aquella madrugada, la desolación fue colectiva, no solo en el Archipiélago, sino en todo Colombia, que sintió como propio el suceso.

 

Aunque para muchos no fue nada fácil reponerse de la angustia, Adolf se convirtió en un ejemplo de superación y resiliencia, que inspiró a los isleños y a todo un país.

 

Cuando vi que no había nada, el dolor me invadió. Fue la tristeza de ver que lo que había conseguido con esfuerzo y dedicación durante tantos años había desaparecido en pocos segundos. Eso me partió el alma. Ver después que muchos estábamos igual, que amigos, vecinos y familiares también lo habían perdido todo me terminó de destrozar, pero tenía dos opciones: lamentarme o sacar fuerzas de donde no había para enfrentar la situación con la mejor actitud”, señala.

 

Y así, Adolf Henry se revistió de valentía, se armó de valor, perseverancia y paciencia, y empezó la reconstrucción de su casa, al principio solo y luego con ayuda de un sobrino. Posteriormente, algunos vecinos, amigos y el Gobierno Nacional lo apoyaron hasta que logró verla de nuevo en pie.

 

Tras muchos esfuerzos, la ayuda de sus cercanos y de Findeter, la casa de Adolf volvió a ser una realidad y, esta vez, se veía mejor que antes, construida con amor, dedicación y resiliencia, y convertida en un ícono y motivo de inspiración para el resto de isleños, quienes al ver el espíritu y actitud, se contagiaron para salir adelante y superar la tragedia que provocó el paso del huracán Iota.

 

Me alegra haber inspirado a la gente, nunca me propuse hacerlo, solo dije: ya todo pasó, hay que seguir pa’ lante, si las cosas suceden es por algo y hay que tomarlas con fe y esperanza, sabiendo que nada pasa porque sí y que todo tiene un para qué”, concluye Adolf.

 

Así, mientras unos solo podían ver el lado negativo de la tragedia, Adolf encontró lo positivo. No solo reconstruyó su casa con material reciclado, sino que se convirtió en ejemplo para los habitantes del Archipiélago, que lo vieron día a día con una sonrisa, optimista y lleno de buena actitud, trabajando para recuperar lo perdido, encontrando en él una fuente de inspiración para ver el lado bueno de las cosas y “seguir pa’ lante”.

 

Lo invitamos a leer "Historias que mueven", para conocer más testimonios de la reconstrucción de Providencia