Casos de exito
Financiación responsable: la gestión de riesgos ambientales y sociales como pilar de la sostenibilidad
En un contexto donde los efectos del cambio climático y los desafíos sociales se hacen cada vez más evidentes, la banca colombiana se enfrenta a una transformación clave: incorporar criterios ambientales y sociales en sus decisiones financieras para garantizar su sostenibilidad a largo plazo. Te invitamos a leer este artículo publicado en la revista Territorios.
De acuerdo con la Superintendencia Financiera, el sistema financiero colombiano afronta retos significativos relacionados con asuntos ambientales y sociales, incluidos los climáticos. Esta realidad obliga a las entidades bancarias a integrar nuevos factores en sus operaciones, con el fin de asegurar su sostenibilidad financiera.
La sostenibilidad financiera no solo implica alcanzar rentabilidad económica; también exige actuar en favor del cuidado de los recursos naturales, la promoción de la equidad social y el fortalecimiento de la transparencia y la responsabilidad en los negocios.
Daniel Lacouture, director de Sostenibilidad de Asobancaria, destaca que uno de los grandes desafíos del sector es identificar de manera oportuna los riesgos ambientales y sociales asociados a las actividades y proyectos que financian las entidades, así como los efectos del cambio climático que pueden afectar a sus clientes, inversiones, portafolios de crédito e incluso su operación interna.
“En 2024, el 71 % de las entidades afiliadas a Asobancaria contaban con políticas o lineamientos para gestionar los impactos sociales y ambientales de sus operaciones. En particular, 14 de ellas implementaron sistemas para la administración de riesgos ambientales y sociales (SARAS)”, señala Lacouture.
Durante los últimos años, las entidades financieras en Colombia han avanzado de manera significativa en la adopción de sistemas y mecanismos para gestionar estos riesgos, lo que evidencia una evolución en la forma en que el sector comprende su rol frente a los desafíos de la sostenibilidad.
La creciente importancia de este tema se refleja en la iniciativa de la Superintendencia Financiera, que alista un decreto con el propósito de establecer lineamientos que obliguen a las entidades a identificar, medir, controlar y monitorear los riesgos ambientales y sociales en el marco de sus operaciones.
Lacouture subraya que estos riesgos pueden tener efectos directos en la rentabilidad, la liquidez y la solvencia de las entidades, e incluso comprometer su viabilidad en el largo plazo. Por eso, la gestión de los riesgos ambientales y sociales ha dejado de ser una buena práctica opcional para convertirse en una necesidad estratégica.
“Cuando el sector financiero gestiona adecuadamente estos riesgos, genera beneficios sociales importantes, actuando como catalizador de resiliencia para las personas, familias y empresas frente a los impactos de distintos factores ambientales y sociales”, concluye Lacouture.
El caso Findeter: pionera en financiación sostenible
Desde 2015, la Banca de Desarrollo Territorial –Findeter– ha sido pionera en la implementación de un Sistema de Administración de Riesgos Ambientales y Sociales (SARAS), cuyo objetivo es identificar evaluar y gestionar oportunamente los riesgos climáticos y sociales en los proyectos que financia.
Este sistema se aplica a la mayoría de los créditos otorgados por la entidad y está alineado con estándares nacionales e internacionales, como las políticas del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Corporación Financiera Internacional (IFC) y el Banco de Desarrollo Alemán (KfW). Además, incluye una lista de exclusión que evita financiar actividades con impactos sociales y ambientales significativos.
Los beneficios han sido tangibles: acceso a líneas de crédito más competitivas con la banca multilateral y organismos de cooperación internacional, desarrollo de nuevos productos y servicios, reducción del riesgo reputacional y reconocimiento tanto a nivel nacional como internacional.
Actualmente, el sistema SARAS se encuentra alineado con la estrategia de sostenibilidad de Findeter, que incluye la meta de que, para el año 2040, el 40 % de sus créditos se destinen a financiar activos y proyectos con contribuciones ambientales.
Además, la entidad participa activamente en los espacios de construcción de la nueva normativa liderada por la Superintendencia Financiera, compartiendo su experiencia y buenas prácticas. De esta manera, Findeter reafirma su compromiso con una financiación responsable, el desarrollo sostenible de los territorios y la gestión de riesgos ambientales y sociales como eje estructural de su labor.
Te invitamos a consultar este y otros artículos en nuestra más reciente edición de la revista Territorios.
Últimos artículos relacionados.
La Casa del Artesano revive
Findeter implementó una política de contratación directa con Juntas de Acción Comunal (JAC).
ZCP beneficiará con internet gratis a 158 municipios
Con este proyecto se conectarán 1.262 soluciones de acceso comunitario a Internet en comunidades rurales de municipios cobijados por los Programas de...